Aceptan los culiacanenses la violencia: especialistas

Las imágenes de la violencia en Sinaloa, han mostrado en los últimos meses una constante: un cuerpo sin vida en un lugar público, y alrededor de él, decenas de curiosos. Entre las personas que observan uno o más cadáveres, que fueron asesinados minutos antes, hay mujeres y hombres de distintas edades.
Se estiran para acercarse y tener un mejor ángulo. Algunos toman fotos o se llevan "recuerdos" como casquillos u otros objetos. La escena se ha vuelto común entre los sinaloenses, en un hecho que los especialistas Tomás Guevara Martínez y Fernando González, atribuyen a que la sociedad ha aceptado la violencia derivada del narcotráfico, e incluso ha aprendido a vivir con ella. "El proceso es el tránsito del terror a la emoción, y creo que eso es lo que estamos viviendo, es tanta la violencia, sobre todo en Culiacán, que la violencia está siendo familiarizada, retomada como algo con lo que vamos a vivir, como un vecino que nos guste o no es nuestro vecino", consideró Guevara Martínez.
"En el campo de las emociones, estamos pasando del terror a la aventura, a la emoción, ya no lo miramos con tanto temor o miedo, sino que lo vemos con curiosidad y hasta con morbo". El domingo, el Policía Ministerial, José Virgen Ojeda Zazueta, fue acribillado por un grupo de sicarios en la colonia Emiliano Zapata.
El suceso atrajo a los vecinos, quienes tuvieron que salir huyendo cuando los gatilleros regresaron a "rematar" nuevamente al agente que había quedado con vida. "El asumir las cosas de esta manera, pudiéramos decir sin temor, es humano, pero es más bien la parte negativa del humano, es un deterioro de lo humano, una perversión de lo humano". Para el sociólogo e investigador de la UAS, el riesgo que se corre ante la pérdida del asombro y del miedo ante sucesos de alto impacto, puede llevar a una división social, y a soluciones violentas, ante cualquier problema.
"Puede pasar que la violencia se generalice y que no nada más se dé entre los que están metidos en el problema del narcotráfico, sino que sea un asunto común, que si el tipo aquel se llevó a mi hija, voy y lo ejecuto, que empecemos a construir una narcocultura, sin ser narcos". González, quien especialista en sicoterapia, adjudicó el fenómeno social a la cultura patriarcal-matriarcal, que fomenta la lucha y competencia, sumisión, éxito material, obediencia, por encima de los valores.
"El ser humano es un ser amoroso, y en la cultura patriarcal nos encargamos de que no sea así, y eso busca la violencia, que está haciéndonos insensibles desde cierta perspectiva", señaló, "hoy estamos aceptando a vivir con la violencia, aprendiendo a vivir con ella".
Roxana Vivanco
noroeste.com.mx

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